“Las instituciones de enseñanza superior europeas son las “partenaires” esenciales para el cumplimiento de la Estrategia Europa 2020, encaminada a estimular y a preservar el crecimiento económico”
Con esta afirmación se inicia la introducción de una importante Comunicación de la Comisión Europea al Parlamento, al Consejo, al Comité Económico y Social y al Comité de la Regiones. Su título: “Mantener el crecimiento y el empleo. Un proyecto para la modernización de los sistemas de enseñanza superior en Europa”. (Com. 2011, 567 final).
La hipótesis de partida del documento me parece clara y rotunda: la capacidad de las universidades para actuar como motor está subexplotada, es decir, hay margen para actuaciones y para reformas, con el objetivo claro de que el conjunto del sistema se ponga a pleno rendimiento y contribuya, como se espera, a la Estrategia Europa 2020.
Lógicamente, la principal responsabilidad de estas reformas incumbe a los Estados miembros. No obstante, a la vista del Espacio Europeo de Investigación y del Proceso de Bolonia, no cabe duda de que las estrategias que se toman trascienden las fronteras nacionales y pasan a formar parte de la formación de un verdadero sistema europeo de enseñanza superior hacia el que todos debemos converger y cooperar.
En este sentido el documento mencionado plantea la hoja de ruta que deberían seguir las reformas que emprendan cada uno de los estados miembros. Estos son algunos de los puntos estratégicos que Europa nos plantea:
- Se necesita una gran diversidad de instituciones de enseñanza superior. Cada una de ellas deberá buscar su excelencia por la vía de la especialización, la cooperación o las fusiones, reduciendo la carta de la competencia que suelen seguir muchas de ellas.
- Aumentar los niveles de cualificación para formar los diplomados e investigadores que se precisaran en Europa (mejorar las vías de acceso, las actuaciones en el marco europeo de certificaciones, facilitar la elección de los estudios, etc.).
- Mejorar la calidad por la vía de la movilidad y la cooperación transnacional (reconocimiento efectivo de los créditos, visados, supresión de las trabas a la movilidad…)
- Activar el triángulo del conocimiento. Relacionar las universidades con las empresas y el desarrollo regional.
- Mejorar la gobernanza y la financiación. Establecer mecanismos de financiación ligados a resultados, más autonomía para definir sus estrategias, modernizar la gestión de los recursos humanos…
- Estimular la movilidad (sistema europeo de transferencia de créditos, Erasmus a nivel de máster, marco europeo para las carreras científicas..)
- Internacionalización. Definición de estrategias específicas.
Sería deseable que estos planteamientos estuviesen muy presentes en los debates que actualmente se están produciendo en nuestro país y que sirvieran para encaminar definitivamente nuestras reformas en la línea que nos está mostrando Europa. En definitiva, en la línea, que compartimos, de que nuestra realidad económica pueda utilizar al máximo el gran potencial de nuestras universidades.
El conocimiento del documento a que me he referido me parece, por lo tanto, de una gran importancia. Y, en este sentido, la oportunidad de escuchar su contenido por boca de uno de sus mentores –D. Xavier Prats, Director General de Educación y Cultura de la CE- me parece una oportunidad absolutamente recomendable.
El acto, organizado por la Fundación CYD, tendrá lugar el próximo día 27 de enero a las 12 del mediodía en la Residencia de Estudiantes de Madrid.
Seguro que su intervención contribuirá a enriquecer nuestros debates y propuestas.