La Fundación CYD acaba de publicar la novena edición de su informe anual, el Informe CYD 2012 sobre la contribución de las universidades españolas al desarrollo, escrito desde la perspectiva de un entorno externo cambiante caracterizado por: la influencia de la sucesiva aparición de nuevas tecnologías; el creciente reconocimiento de universidades de los países emergentes; y el marco de crisis y de consolidación fiscal vigente.
En conclusión, el sistema universitario español se encuentra en una situación en la que debe hacer frente a dos aspectos: el impacto de las restricciones presupuestarias y la necesaria reforma del sistema para adaptarse al entorno.
En este contexto el Informe CYD 2012 analiza la situación del sistema universitario español, que a grandes rasgos se puede resumir desde tres puntos de vista:
Impacto de los recortes en las universidades públicas y la reforma del sistema
La reducción de las transferencias a las universidades públicas y la menor dotación de recursos dedicados a la I+D+i se viene produciendo des del año 2009 de forma ininterrumpida, con una disminución de los ingresos no financieros de las universidades públicas presenciales españolas hasta el año 2011 y con una reducción de las transferencias corrientes y de capital. Es evidente que si se siguen reduciendo indiscriminadamente los recursos que se dedican a las universidades no será posible garantizar el nivel adecuado del capital humano ni el potencial de los sistemas de ciencia y tecnología.
Por otro lado, es prioritario que las universidades puedan desarrollar su papel como motores de desarrollo y, para ello, es necesario instrumentar un cuadro estable de previsión financiera que les permita la toma de decisiones con las incertidumbres mínimas, y para ello será sin duda necesario llevar a cabo las reformas del sistema.
La empleabilidad de los titulados universitarios
La universidad debe formar de la manera más adecuada posible a sus estudiantes de forma que garantice su empleabilidad. Sin embargo el Informe CYD 2012 pone de manifiesto el empeoramiento de las condiciones en las que se produce la inserción laboral de los titulados universitarios: la tasa de paro de los graduados superiores de 25 a 64 años ascendió en el año 2012 al 14% por el 6% de la UE-27 cuando se partía de niveles similares en 2007.
Ello no debe ser atribuido en exclusiva a las características del sistema productivo español, sino también, en parte, a las condiciones en las que se produce la definición de las titulaciones, en las que se imparte la docencia y en las que se garantiza una mayor vinculación entre la actividad docente y la presencia de los estudiantes en las empresas. Es cierto que el mercado de trabajo español vive una situación de emergencia, pero ello obliga a toda la sociedad, y también a las universidades, a prestar una especial atención a todas aquellas medidas que faciliten la empleabilidad de sus titulados.
La investigación y la transferencia de sus resultados a la sociedad
Las universidades son motores de desarrollo si generan suficientes conocimientos que puedan ser transferidos a toda la sociedad. Según el Informe CYD 2012 los datos sobre transferencia e investigación ofrecen resultados desiguales. Por un lado, las solicitudes de patentes han mantenido tasas positivas de crecimiento – aunque su ritmo de avance es menor en los últimos años -; también ha crecido el número de licencias – aunque los ingresos medios por licencia cayeron en 2011 por segundo año consecutivo -; y el número de publicaciones científicas de las universidades españolas ha mantenido su crecimiento ininterrumpido de la última década y su avance en el total de las publicaciones mundiales – aunque con menos vigor a partir de 2007 que en el inicio de la década -. Por otro lado, el Informe CYD 2012 refleja una caída ininterrumpida de aquellos indicadores que reflejan la trasferencia de resultados de la investigación a la sociedad: por ejemplo, el volumen de contratos de las oficinas de transferencia de resultados de la investigación cayó en 2011 un 11%; y el número de spin offs creadas, 111, supuso un descenso anual del 15,3%.
El Informe CYD 2012 está ya disponible en www.fundacioncyd.org