La transferencia de tecnología: nuevos horizontes

Cuando en el año 1.973 se constituye la Fundación Universidad Empresa en Madrid, la idea de los empresarios fundadores era“únicamente, crear posibilidades de contacto y romper el aislamiento en que ambas instituciones –universidades y empresas- se mueven; sin interferir en la alta misión de las universidades.

Sin interferir; seguramente, esta premisa de no interferir es la que ha marcado cuarenta años de transferencia de tecnología. Transferir de una universidad a una empresa, de manera unidireccional, de los departamentos universitarios a las empresas.

Y, para ello, la LRU del 1.983 facilita el nacimiento y la proliferación de las Oficinas de Transferencia de Tecnología en el interior de las propias universidades como un instrumento adicional a las Fundaciones Universidad/Empresa más autónomas.

Durante estos años los contratos de investigación y de servicios han ido han progresado de manera notable –salvo a partir del 2.008- complementándose con la aparición de otros instrumentos y acciones como los Parques Científicos y Tecnológicos, los centros de creación de empresas…

Pero ahora estos mecanismos empiezan a dar síntomas de agotamiento según se puso de manifiesto en el transcurso de un acto de presentación de la monografía sobre la “Transferencia de Tecnología” coordinada por el profesor Xavier Testar y publicada en el último informe CYD 2011.

La mayoría de participantes en dicho acto apostaron por una introducción de fuertes dosis de innovación en los sistemas tradicionales de la transferencia; nuevas estrategias encaminadas más que a conseguir contratos –que también- a promover alianzas a 4 o 5 años entre empresas y universidades, con todo lo que ello significa para las dos partes.

Las empresas, en tiempos de crisis y de necesidad de innovar para competir, han de reconocer las ventajas de una cierta externalización de sus departamentos de I+D , aprovechando los recursos públicos de las universidades y estas han de adaptar, profesionalizar y, sobretodo simplificar y poner foco en la extensa gama de mecanismos que han ido proliferando con el tiempo.

Son tiempos de innovación abierta, de globalización, de recursos escasos,.. Pero con grandes oportunidades como apunta un reciente comunicado de la Comisión sobre la necesidad de promover una industria europea más fuerte para el crecimiento y la recuperación económica (Bruselas 10.10.2012, COM (2012) 582 final).

La necesidad de un aggiornamento es pues una exigencia de los tiempos actuales, como puso de manifiesto una de las ponentes –Carme Verdaguer, directora de la Fundación Bosch Gimpera- al abogar incluso por cambiar el nombre “de la cosa” y denominar, en terminología anglosajona, Knowledge Exchange, lo que hasta ahora venía siendo la transferencia unidireccional.

El debate fue rico en sugerencias y matices pero al final la conclusión fue la que ya viene siendo habitual: para un intercambio de conocimiento eficaz, la necesidad de una reforma del sistema actual de gobernanza de las universidades es una condición necesaria, aunque no sea suficiente.

Francesc Santacana
Vicepresidente Fundación CYD
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