En la formación de un individuo hay un aspecto muy similar al del juego del siete y medio:
¿Me planto y me voy a trabajar o sigo apostando con la esperanza de un mayor premio?
Es decir: ¿merece la pena que sacrifique una parte de mi capital actual con la finalidad de obtener una mayor retribución en el futuro?
Quizás no sea esta la pregunta exacta que se plantean muchos ciudadanos al terminar su enseñanza secundaria, pero sí que, con distintas variantes, sus padres o ellos mismos se deberían preguntar si merece la pena proseguir con los estudios o entrar en el mercado laboral.
Al fin y al cabo, la experiencia reciente ha puesto de manifiesto que en zonas en las que el mercado laboral ofrece remuneraciones “cortoplacistas” (por ejemplo en zonas con un importante peso del turismo) las tasas de abandono de los estudios en fases iniciales es superior a las que se dan en otras zonas más diversificadas. Y, en caso de crisis, las tasas de paro también suelen ser más elevadas.
Es en este marco de elección que el Martin Prosperity Institute de la Universidad de Toronto plantea un ejercicio de relación entre la renta media (en dólares del 2.010) de distintos individuos y sus diferentes niveles de formación: desde los que no llegan al título de una High School hasta los que han obtenido el grado de doctor.#
Una primera conclusión interesante es que cada incremento adicional del nivel formativo (por ejemplo de un máster a un doctorado) supone un incremento de la renta media de unos 10.000$/año.( Y el estudio plantea siete niveles distintos)
La progresión va desde los 22.698$ de aquellas personas sin formación hasta los 69.267$ de los doctores pasando por los 35.000$ de un graduado en un College, los 46.000$ de un Bachelor y los 56.000$ de aquellos que han superado un máster.
El salto mayor se observa entre aquellos diplomados por una High School y los que han superado un Bachelor. Es este caso la diferencia en la renta anual puede ser de 17.000$ .Y otro salto significativo se puede observar al pasar de un máster a un doctorado, con una diferencia más de 12.000$.
El único caso inverso se da entre los que han adquirido el título de una High School con respecto a los que no tienen ninguna titulación. Es este caso, se observa una diferencia negativa de unos 2.000$ en los niveles medios de sus rentas.
Bien, como es lógico –y el mismo autor del trabajo lo constata- a partir de estas cifras medias caben una gran cantidad de variaciones. Por razones del coste de la formación de los distintos países, del tipo de disciplina, del tipo de trabajo o de la localización del eventual estudiante.
Pero creo que sería interesante que este ejercicio lo hiciéramos referido a nuestro país. No tengo muy claro que el esfuerzo adicional en formación tuviese las mismas diferencias en las rentas. Pero estoy bastante seguro de que las diferencias que pudiésemos observar nos explicarían algo de nuestras cifras de paro.
Seguramente no vamos a por el siete y medio.