Las primeras etapas de un producto en el mercado están llenas de incógnitas, incertidumbres y mucho riesgo que se puede intentar acotar o reducir mediante la realización de pruebas con modelos o con prototipos. Este trabajo con prototipos permite comprobar el grado de aceptación de un nuevo producto o servicio, sus posibilidades de producción, costes y rendimiento para intentar reducir las tasas de fracaso y maniobrar hacia un buen alineamiento con el mercado.
El Programa de Transferencia de Conocimiento Universidad-Empresa (Programa TCUE –
www.redtcue.es -) de la Junta de Castilla y León (Consejería de Educación) viene apoyando la realización de prototipos orientados al mercado por parte de alumnos e investigadores universitarios desde el año 2008, con la idea de propiciar la conexión de nuestras universidades con el entorno empresarial que las rodea.
El resultado es no sólo la puesta en funcionamiento tangible de una idea o una línea de investigación sino, también, una muy buena tarjeta de presentación para las empresas. Y si hablamos de alumnos, esto puede llegar a ser incluso un primer paso para su incorporación efectiva al mundo laboral. Un primer paso en el que el prototipo, normalmente protegido mediante registro industrial, constituye una magnífica carta de recomendación o incluso la vía para lanzarse a una aventura empresarial por cuenta propia mediante la creación de una Spin-off.
A lo largo de estos años, la participación en este tipo de actividades se ha consolidado plenamente en las universidades castellanas y leonesas, hasta alcanzar un promedio anual cercano a los cincuenta prototipos desarrollados por los alumnos de las universidades regionales. Además, el progreso de estos programas de prototipos explica en parte el despegue paralelo de la actividad de las universidades de Castilla y León en materia de protección de la propiedad industrial e intelectual que, con el impulso del Programa TCUE, ha llevado a triplicar el ritmo anual de solicitudes de patentes y registros de software.
Consecuente con esto, la Junta de Castilla y León, a través de su Consejería de Educación, dará continuidad a este tipo actuaciones durante los próximos años a través del nuevo Plan de Transferencia de Conocimiento Universidad – Empresa 2015-2017, aprobado el pasado 13 de enero mediante Orden EDU/14/2015.
En general, con el nuevo plan se pretende pasar de acciones puntuales a sistematizar el proceso de valorización del conocimiento, creando alianzas permanentes con el ánimo de conseguir unas universidades más abiertas y emprendedoras. Para ello será necesario concentrar esfuerzos en ámbitos de especialización científica y económica en los que la región presenta una ventaja comparativa, establecer colaboraciones estratégicas público-privadas a largo plazo, estimular la aplicación de conocimiento, y poner en marcha un proceso continuo de “descubrimiento emprendedor”, que permita generar una ventaja competitiva basada en el conocimiento.
Ese nuevo enfoque está presente en las medidas que reforzarán el apoyo institucional a la realización de prototipos universitarios. Concretamente, se prevé que las universidades desarrollen convocatorias internas para experimentar con prototipos orientados al mercado y realicen pruebas de concepto previas a la comercialización de un nuevo producto, proceso o servicio. Estas convocatorias, regulares y periódicas, podrán dirigirse tanto al alumnado, como al personal docente investigador. En este último caso, y ésta es una novedad, deberán especificar cierto impacto en el desarrollo curricular de los beneficiarios a efectos de méritos internos.
Estas convocatorias serán compatibles con la realización de trabajos de fin de grado, máster o doctorado y se orientarán a resolver necesidades concretas de las empresas o del mercado. Se intentará priorizar la presencia empresarial en tareas de orientación o tutorización.
Todo ello entendiendo que la universidad está llamada a ser un factor clave de mejora competitiva y de desarrollo económico y social, en un nuevo escenario en el que el saber científico intrínseco a la universidad, y la posibilidad extraer nuevos productos y procesos a partir de ese conocimiento, adquiere un papel esencial y en el que la realización de prototipos y de pruebas de concepto que acerquen las tecnologías universitarias a los posibles usuarios constituye una muy buena vía de progreso que en Castilla y León vamos a seguir impulsando.
Juan Casado Canales
Comisionado para la Ciencia y la Tecnología de Castilla y León
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