Al iniciarse el periodo de recesión las escuelas de negocio vieron como sus programas MBA alcanzaban récords de inscripciones. Ahora, transcurridos dos años, la demanda de estas escuelas alcanza los niveles más bajos de la última centuria. No se trata de un problema pasajero sino de una situación que lleva a plantearse el cambio de modelo, por lo menos en aquellas escuelas que se encuentran por la mitad de los ranking, ofertando los tradicionales MBA de dos años.
Este tipo de programas han dejado de ser la inversión rentable que había sido. Como pone de manifiesto un reciente artículo de The Economist (15 octubre 2.011) el coste mínimo de un MBA de dos años en las 100 primeras escuelas del ranking ( exceptuando las primeras 15) es de 81.900$, mientras que el salario medio de los recién graduados es de 81.178$. Tan sólo cinco años antes el salario era de 78.000$ y el coste del MBA de 61.000$. El descenso de los estudiantes ha sido del 20% en los últimos 10 años. Parece lógico.
Este comportamiento no ha sido, no obstante, igual para todas las escuelas de negocios: las de élite siguen creciendo y cuestan 92.000$, aunque la media de salarios esperados es de más de 110.000$. Las escuelas de los últimos puestos del ranking también siguen creciendo; son más baratas, ofrecen descuentos para estudiantes locales, programas part time que no obligan a abandonar el puesto de trabajo, etc.
¿Qué tipo de soluciones se plantean las escuelas situadas en la mitad de los ranking? Especializarse, salir de los MBA generalistas; reducir la duración de los estudios (un año es más barato que dos); buscar nuevos nichos de mercado (por ejemplo hacer negocios en economías difíciles, etc.)
La lectura de este artículo me plantea tres tipos de reflexiones:
- El interés de los rankings como instrumento de clarificación y transparencia. La sociedad conoce la oferta y puede elegir; y al mismo tiempo la demanda conoce su situación relativa y puede planear estrategias alternativas.
- La dificultad para seguir operando en una sociedad global como si nada hubiese pasado. La globalización, la crisis, la creciente competencia… son elementos suficientes para plantearse, con rigor, el futuro modelo de una institución de formación.
- La mayor incidencia relativa de estos problemas en aquellas instituciones de la mitad del pastel. Que no son ni muy buenas ni muy locales.
¿Sólo hablamos de escuelas de negocio?