El debate sobre la necesaria reforma universitaria está sobre la mesa y es objeto de una multitud de opiniones desde todos los ángulos posibles.
Debates que a menudo van acompañados de manifestaciones y ruidosas reivindicaciones en la calle, discusiones en foros variados, en las familias y también en las redes sociales. Las hay de todos colores y matices. Desde aquellos que dicen que no hay que cambiar nada, hasta los que proponen cambiarlo todo. Se leen en los periódicos y en la red críticas feroces de la universidad española en las que se dice que la universidad se ha convertido en una institución obsoleta, ineficiente, con una mala distribución de recursos, endogámica, que no está preparada para el siglo XXI, para acabar concluyendo que se ha perdido la confianza en la institución y que por tanto hay que cambiarla.
Varias comisiones de expertos están en marcha o han presentado recientemente sus conclusiones aportando sus propuestas sobre el gobierno de las universidades, la elección del rector, la contratación de los profesores, la financiación y, obviamente, sobre la eficiencia de los recursos empleados (comisiones que vienen diciendo cosas parecidas desde hace, al menos, 10 años).
La gran paradoja la proporciona la encuesta de la Fundación BBVA “Values and Worldviews”, encuesta a 15.000 ciudadanos de mas de 18 años de 10 paises europeos en tiempos de crisis económica, en la que entre otras cuestiones se pide valorar la confianza que se tiene de las instituciones: ejército, tribunales, instituciones religiosas, Banco Central Europeo, gobiernos nacionales, bancos nacionales, partidos políticos y… universidades.
Bien, de todos los países encuestados, España es el pais que pone peor nota a sus instituciones. Todas ellas suspenden, con puntuaciones inferiores a 5 ( en una valoración del 1 al 10). Encabezan los partidos políticos con un 2 pelado, siguiendo los bancos nacionales (2.3), el gobierno nacional (2.8) Sindicatos (2.8), tribunales, ejército… Prácticamente ninguna de las instituciones de la encuesta llega a merecer un mínimo aprobado en la confianza que les otorgan los ciudadanos.
Una sola institución se salva de la quema: la universidad. Con casi un notable (6.9) supera la valoración que se le otorga en Polonia, Italia, Francia, Reino Unido, Alemania, y Países Bajos. Le supera ligeramente la valoración de los suecos y daneses, iguala la de Chequia y, lógicamente, se coloca por encima del 6.4, que es la valoración media que otorgan los ciudadanos de estos países a la institución universitaria.
Realmente la Reforma que el Ministro Wert nos propondrá el próximo año ha creado expectación. Parece que es una reforma necesaria y evidente pero está por ver “el qué” y “el cómo”.
¡Imaginen la puntuación que vamos a otorgar a la universidad en los próximos años si acertamos en la Reforma!
Francesc Santacana y Francesc Solé Parellada
Vicepresidentes Fundación CYD